Un abordaje hacia los cinco sentidos
La consigna:
diseñar unas galletitas (comestible + packaging) a partir de un concepto
particularizante y otro generalizante abstraídos de un videojuego (Zelda).
Empezamos
desglosando y buscando la idea creadora, la idea base del videojuego.
Abstraerlo hasta lo más mínimo, sin dejar de lado todas las características que
lo componen. Así formulamos el generalizante: “La exploración como camino al
equilibrio”, y a partir de eso, el particularizante: “El andar como evolución”.
Nuestra intención era ampliar significados, dividir la oración, fragmentarla, y
llegamos a ese particularizante tras proponer y reducir varios de ellos. La
galletita la pensamos como una “galletita compleja”, con acción e intervención
de los cinco sentidos. “No es sólo comer sino también experimentar” (se me hace
más fácil describir el proceso escribiendo entre comillas las notas que tomé en
el cuaderno) “todos los sentidos están en juego”.
Relacionando
andar y evolución, pensamos en las posibles formas de expresar estos dos
conceptos, de llevarlos a la realidad sin hacerlo necesariamente de forma
figurativa. Porque no se trataba solo de pensar en cada sentido y de qué forma
íbamos a destacar cada uno. Si no se mira la totalidad del producto y cómo cada
sentido se lleva con el otro y cómo es que están todos conectados, no se llega
a un buen resultado. Por eso, tras varias correcciones, fuimos homogeneizando
todos los sentidos, sin perder ninguno de vista pero vinculándolos en un todo.
Y los
condicionantes son los que determinan ese todo. Una vez que se tiene el
producto resuelto uno ve esta conexión. Los condicionantes establecen la
premisa para diseñar. Es como si cada uno fuera un puntito en el espacio y,
uniéndolos, se dibujara el contorno del producto. Algunos puntitos van tomando
forma al mismo ritmo que el producto, pero están los básicos que están desde un
principio que sin ellos no se puede empezar.
En fin, buscamos
representar evolución y esta idea de exploración, de recorrido creando el ciclo
sensorial, relacionándolo con “andar”. La evolución la trabajamos desde las
tramas y los degradés del packaging y también con las galletitas y su
morfología (de más grande a más pequeño). El caleidociclo del packaging hace
una clara alusión al concepto de evolución y de recorrido. La manipulación de
éste implica una intervención directa del usuario y eso es lo que buscamos. La
idea de Zelda se trata de recorrer lugares desconocidos y aventurarse a ellos,
y el packaging invita a lo mismo: comprá ese producto que tiene forma rara,
jugá, buscá la galletita, entretenete con el envase.
Los sabores
también se adaptan a este tipo de usuario: sabores exóticos, combinaciones
diferentes al típico sabor de una galletita. Nos agarramos de las especias
porque llevamos el término “evolución” a la selección natural, al Darwinismo.
Quisimos lograr “sabores de la tierra”; son plantas, granos, semillas. Al mismo
tiempo buscamos cumplir con una galletita sana, delicatessen, gourmet, ajena a
lo industrial y a lo procesado.
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